y acercarme a la maga que sonreia sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde bajo el tubo de dentifrico.
Andabamos sin buscarnos, pero sabiendo que andabamos para encontrarnos.
Rayuela.-Julio Cortazar