Nos encontramos por casualidad. Nos encontramos con un beso.

Estaba ahí. No pensaba encontrarmelo,ya teníamos fecha para nuestra pequeña celebración, y me había resignado a no verlo hasta entonces, aunque me moría de ganas. Yo iba con mis amigas. Él iba sólo. Nos encontramos por casualidad. Se acercó, saludo de forma general, y me dio dos besos. Mis amigas se marcharon tras 5 minutos, quedándonos nosotros solos. Y allí estábamos, él y yo, en mitad de un centro comercial, con mucha gente alrededor, gente con prisa, que iba y venía, con miradas posadas en nosotros, pero nada importaba, el tiempo se detuvo en el instante que lo vi venir. Hablamos de trivialidades, muchas conversaciones, rápidas, efímeras, superficiales y, de repente, sacó una cajita de una bolsa pequeña que llevaba. Toma-dijo- este es tu regalo de cumpleaños, esperaba dártelo cuando nos viésemos, pero que mejor ocasión que esta- y me tendió la caja-yo la cogí, y conteste- no deberías haberte molestado-es un placer-dijo- y me dispuse a abrirla. Dos carenas y un corazón, me quedé mirándolo fijamente- pensé que te gustaría,
tienes que darle la otra mitad a alguien que quieras que este siempre contigo- me quede pensando, y tras unos minutos dije- Toma, es para ti- realmente. yo quería estar con él para siempre- quiero que lo lleves tú, y así, te acordarás de mí siempre que lo veas- no me hace falta un corazón para acordarme de ti-respondió-sentí como me subía el color a las mejillas, mientras el me miraba esperando una respuesta- ya, solo por si se te olvida-alcancé a responder, y los dos echamos a reír. Además, así estaremos siempre unidos, o algo así ¿no?-sonreí- vale, siempre-y me devolvió la sonrisa. Si en aquellos momentos hubiese una lista con los nombres de las personas más felices, creo que el mío la encabezaría, sin lugar a dudas, en aquellos momentos, me sentía la persona más feliz del universo.