9 jul 2009

Allí sentada, su mundo se quedaba pequeño. Dándole rienda suelta a su imaginación, y dejando vía libre para los recuerdos, se dejo llevar por todas aquellas sensaciones, nuevas y viejas...dejo que el suelo planease bajo sus pies, y se entretuvo bailando con las olas. No tenía prisa, lo único que no olvidaba, es que nadie la esperaba a la vuelta.

2 comentarios:

p. Yulep Rikschîjin *live* dijo...

... y entonces, de pronto, se produjo un cambio. Una pequeña ventan se le abrio en el cielo, y una sola gota plateada llego sobre su mejilla. Precioso

Anónimo dijo...

he venido para ver...