Es tarde. Desea con todas sus fuerzas que sus padres no estén, no puede escuchar a nadie…gira la llave, despacio, sin hacer apenas ruido. Hoy no es su día. Ambos están en el sofá, esperándola, con el gesto entre preocupación y enfado. Lo primero pasa…el enfado aumenta. Hace como la que escucha mientras asiente con la cabeza, no tiene ganas de hablar, mañana se inventara algo. Sube a su habitación. Nada de pc, ni luces encendidas. Cae boca abajo sobre la cama. Da la vuelta y se tumba a mirar el techo. Se pone los auriculares. No quiere pensar. Quiere quedarse hay, para siempre. No quiere escuchar más lluvia tras los cristales sino puede sentirla. Ojalá no llegase mañana-piensa mientras la música retumba en sus oídos. Ha puesto todas las canciones, aleatorio, y suena sabina, ‘pastillas para no soñar’ ojalá existiesen, ella es todo sueños, quiere desaparecer cuando abra los ojos. ‘Apologize’ se le ponen los pelos de punta, ‘it’s too late’ es demasiado tarde, si quizás…le siguen una tras otras,marea, maldita Nerea, Pereza, sin parar…pero no es suficiente, no puede alejarse ni por cinco minutos de eso a lo que llaman vida y dejar de pensar. Quisiera ser una niña. Pequeña. Que jugase con muñecas y no conociese más dolor que él físico producido por las caídas en el parque, del sentimental ni siquiera saber que existe. Es tan fácil. Siempre he pensado que los niños no intentan ser felices, lo son, o no lo son, pero nunca lo intentan. Quiero ser una niña.
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